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El ejercicio físico como promotor de la Salud Mental

Experiencia

Es indudable que el ejercicio físico se reconoce como un gran aliado de la salud en lo general y que cada vez se promueve más entre los jóvenes. Aunque para muchos sigue siendo visto como recurso para mejorar o mantener el aspecto físico, no es su única ni más importante aportación.

Pensemos por un momento cómo el estado de ánimo influye en la forma en que nos movemos. Cuando estamos alegres, ansiosos, cansados o tristes nuestra misma forma de caminar o movernos cambia sustancialmente.

Para muchos que no han logrado establecer una rutina de ejercicio o practicar un deporte en forma constante encontrarán difícil realizarlo cuando emociones como las mencionadas están presentes.

Pero, ¿se ha puesto a pensar qué sucede en el organismo cuando a pesar del estado anímico en que se encuentre se pone literalmente en marcha?

Beneficios del ejercicio

De acuerdo con los estudios que ha llevado a cabo el Dr. Srini Pillay, el ejercicio aeróbico reduce los niveles de ansiedad porque logra reducir la respuesta al estrés de “lucha o huída”.

El Dr. Pillay, profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard e investigador, ha dedicado gran parte de su carrera profesional intentando unir “corazón y mente”, a través de la mezcla de ciencia, espiritualidad y el arte de vivir, reduciendo así la carga que el estrés de la vida moderna puede generar.

De acuerdo con él, las técnicas mente/cuerpo como el Qi-gong, tai-chi y yoga pueden mejorar los síntomas de la depresión e incluso del estrés post-traumático.

En la medida en que nos reconocemos y asumimos como individuos integrales, donde mente y cuerpo se encuentran en comunicación permanente podemos echar mano a todas estas herramientas que aunque muy antiguas son, quizá, poco valoradas aún en nuestra sociedad.

Importante es decir que lo ideal es encontrar el balance adecuado, entendiendo por un lado que no es la mente quien enferma al cuerpo y por el otro, que estas técnicas no sustituyen a los tratamientos psicológicos y/o médicos que muchos requieren, sino como coadyuvantes en el tratamiento integral y como medidas preventivas o de control que están además a nuestro alcance y pueden eventualmente convertirse en herramientas que nos acompañen en el día a día, tengamos o no un episodio o cuadro de ansiedad o depresión, para mantener un equilibrio que nos permita conservar y mejorar la calidad de vida, disfrutando lo que ésta nos ofrece a cada momento.

Fuente: sumedico.com