Es importante acudir a un psicólogo infanto-juvenil en diversas situaciones, que pueden incluir:
- Problemas emocionales: Cuando un niño o adolescente experimenta emociones abrumadoras, como ansiedad, tristeza o ira, que afectan su bienestar y funcionamiento diario.
- Comportamiento problemático: Si el niño o adolescente muestra conductas disruptivas, agresión, desobediencia, o tiene dificultades para relacionarse con otros.
- Cambios significativos: Ante situaciones como divorcio, mudanzas, duelo, o cualquier otro evento que pueda generar estrés o tristeza en el niño o adolescente.
- Rendimiento escolar: Cuando el rendimiento académico disminuye, se observa falta de motivación o dificultades de aprendizaje.
- Problemas de relación: Si se observan dificultades en las relaciones familiares, escolares o sociales.
- Trastornos de salud mental: En casos de trastornos como la depresión, la ansiedad, el TDAH, el trastorno del espectro autista, entre otros.
- Autoestima: Para abordar problemas de autoestima, inseguridades o problemas de imagen corporal.
- Desarrollo adecuado: Para garantizar que el desarrollo emocional y psicológico del niño o adolescente sea saludable.
- Apoyo a los padres: También es útil para brindar orientación a los padres sobre cómo abordar y comprender las necesidades y desafíos de sus hijos.
Los psicólogos de niños y adolescentes ayudan a superar problemas emocionales y psicológicos en estas etapas de la vida.