Se acercan las vacaciones de invierno, un momento muy esperado por los niños y jóvenes, pero un gran estrés para los padres. ¿Qué hacemos?, ¿Cómo los entretenemos? Son algunas de las preguntas clásicas que no ayudan a manejar nuestro estrés, además que a estas alturas del año, todos estamos algo cansados y el tiempo no es un recurso que sobra.
Pero tenemos la posibilidad de hacer unas vacaciones especiales, que sean una buena instancia de encuentro familiar, memorable y entretenido para todos y que no signifique más agobio.
Una de las cosas más importante a considerar es: PLANIFICAR ¿Es usted una de las personas que planifica su fin de semana, pensando en las cosas que le gustaría hacer, que le gustaría comer o a quien le gustaría ir a ver? ¿O más bien llega el esperado fin de semana y según “lo que aparezca” o “lo que me dé ganas de hacer” es lo que finalmente hacemos? Generalmente no planificamos mucho las cosas y dejamos que en el momento ocurra algo. Esto, a veces genera muchísima ansiedad, tanto en los padres como en los niños, porque no nos podemos anticipar a lo que va a venir y, por lo tanto, no podemos estar preparados El problema de decidir cómo utilizar nuestro tiempo sobre la marcha, es que no estamos preparados y no tenemos la disposición a esa actividad, nos hacemos el ánimo ahí mismo, y eso hace que nos perdamos diversión en el proceso, junto con agregar estrés de intentar controlar más factores.
Algunos tips para poder planificarse y organizarse mejor:
- Las municipalidades y centros culturales ofrecen muchísimas actividades entretenidas para las vacaciones, con talleres para todas las edades y gustos. Además, hay más obras culturales a las cuales asistir en este periodo.
- Pregunte qué es lo que quieren sus hijos. A veces, solo desean instancias simples de entretención, (como invitar un amigo la casa) y somos los adultos los que nos complicamos de más pensando que necesitan salir fuera de Santiago o tener un panorama diario. Al saber lo que quieren hacer los integrantes de la familia, comienza a ser más fácil la planificación.
- Ponga en una balanza las expectativas suyas y las de sus hijos en torno a las vacaciones y compárelo con el presupuesto, disponibilidad de tiempo. Cuando planifique, siempre pregúntese: ¿qué es lo que queremos hacer? ¿Cuánto cuesta eso? Así, nos vamos ajustando y nuestras expectativas se mueven en el tamaño de nuestro bolsillo o tiempo.
- Tenga más de un plan. Eso ayuda a bajar la ansiedad cuando a veces las cosas no resultan aunque las planificamos previamente.
No es necesario que se desgaste en las vacaciones y se desespere. No queremos que sea un periodo de estrés. Lo ideal es hacer de algo cotidiano un evento especial. Por ejemplo, una vez a la semana tener “un menú de vacaciones”, donde los hijos escojan que cosa rica comer, o que ellos se encarguen de preparar un postre rico. Así, la comida familiar tiene un extra, es un evento que se espera, es algo especial y podría ser una tradición de vacaciones. Vuelve este periodo como un tiempo distinto, más entretenido pero simple.
Otra idea es “un día de película”, donde todos juntos vean una película de elección de todos. Pueden hacer un sistema de votación o sortear el nombre de la película entre las opciones que cada integrante de la familia da. La idea es hacerlo entretenido y distinto. Son solo dos semanas que queremos que sean “calientitas” en familia, con actividades que requieren poco esfuerzo pero marcan el tiempo como especial.
Al final de las vacaciones, cuando nuestros hijos vuelvan a clases y a los niños les pidan el reporte de “como estuvieron las vacaciones”, la idea es que estén llenos de momentos de cercanía familiar, buenos recuerdos al alcance de todos.
Por: Andrea Eberhard, Terapeuta Ocupacional, Universidad de Chile. Actualmente trabaja en Clínica MirAndes.