Durante el año pasado se presentaron más de 1,2 millones de licencias a las cinco principales isapres del país: Colmena, Banmédica, Vida Tres, Consalud y Cruz Blanca. De ese total, fueron aprobadas el 92% y en casi todas las isapres -salvo Cruz Blanca, que no entregó esa información- las enfermedades mentales bordearon el 20% de las causales de permiso.
Las enfermedades respiratorias y los problemas osteomusculares, en tanto, son las otras dos causales más recurrentes para presentar un permiso médico. Considerando estos tres grupos de diagnóstico, son 432.749 las licencias presentadas en 2015.
Para Graciela Rojas, psiquiatra e investigadora asociada del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (Midap), los males psiquiátricos son una epidemia en Chile, como los cuadros de depresión, estrés, trastornos de ansiedad y de adaptación. «Uno de cada cuatro chilenos tiene algún tipo de trastorno mental. Nosotros no tenemos complicaciones con la desnutrición infantil ni con las enfermedades infecciosas, sino que con esto», dice.
Las mayores exigencias laborales, con constantes cambios en la forma de evaluación, así como la creciente movilidad laboral, estaría afectando la psiquis de los trabajadores, ya que muchas de las patologías en salud mental tienen que ver con dificultad de adaptarse a nuevos escenarios, advierte Alberto Aedo, psiquiatra de la red de salud UC.
Sin embargo, Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la Unab, cree que la raíz de esta situación tiene que ver con fallas estructurales del país, como la mala calidad del traslado desde la vivienda a la oficina, la falta de lugares de esparcimiento en los barrios o los bajos niveles de seguridad. «El peso que tiene el componente salud en las definiciones de otros sectores, como transporte o vivienda, es muy marginal», dice.
Otra variable que explica el fuerte peso de los trastornos psíquicos en las licencias aprobadas tiene que ver con la incorporación de varias de estas enfermedades a las patologías de AUGE-GES. «Se dio acceso a muchas personas a diagnóstico y tratamiento, por lo que se visibilizó el problema. Sin embargo, los tratamientos no son de la calidad suficiente como para solucionarlo bien», subraya Rojas.
Durante 2015 se aprobaron 174.566 licencias relacionadas con las patologías mentales más comunes, considerando los datos de Colmena, Banmédica, Vida Tres y Consalud.
Rodrigo Varela, fiscal de Inmune, reconoce que estas enfermedades son las más utilizadas para hacer uso fraudulento de las licencias médicas. «Son condiciones difíciles de detectar y que no conllevan necesariamente una obligación de guardar reposo, por lo que su control es muy complejo para los entes fiscalizadores», dice. Según los datos que maneja Inmune, cerca del 30% del gasto en licencias médicas va destinado al pago de documentos irregulares.
Los males osteomusculares tienen similitudes con los psiquiátricos, reconocen distintos expertos. «Las dos son de difícil diagnóstico. Es fácil inventar una dolencia, como el dolor de espalda y lo mismo pasa con la depresión», indica Sánchez.
De cada 10 enfermedades de origen laboral, dos son psiquiátricas
En Colmena, Banmédica y Consalud subieron en 2015 la cantidad de licencias médicas presentadas entre 4% y 6% anual, según la información entregada a «El Mercurio». Entre distintos expertos hay coincidencia en que las patologías asociadas a la salud mental han tendido a incrementarse en los últimos años. «La población se está enfermando más y las isapres no hacen gestión de riesgo, no se hacen cargo de forma preventiva», advierte Sánchez.
Las mismas empresas también debieran tomar acciones para favorecer las condiciones laborales de sus trabajadores, cree Aedo. «Las pausas saludables o tener un horario flexible es una suerte de medicina preventiva», agrega. Lo cierto es que las organizaciones pierden entre 30% y 50% del sueldo del trabajador que falta en los costos indirectos relacionados a cubrir su puesto, considerando el proceso de selección y capacitación de la nueva persona, según estimaciones de Inmune.
Para el presidente de la Asociación de Mutuales, Ernesto Evans, en las pymes no existen los recursos ni los conocimientos para poder implementar programas para disminuir de forma efectiva las licencias. «Hay que cambiar la cultura del trabajo de forma estructural, como visión de país, donde la salud quede siempre primero».
Un problema preocupante, dado que el origen de muchos males se vincula al trabajo, destaca Sánchez. Según la Asociación de Mutuales, entre enero y noviembre del año pasado hubo 4.875 enfermedades profesionales y, en Inmune, estiman que el 20% de ellas son mentales.
«También hay muchas enfermedades que se generan en la oficina, pero que no pasan por las mutuales sino que por las isapres», advierte Sánchez. Para el experto, esta situación es la responsable de que las organizaciones no destinen mayores esfuerzos a la disminución de las patologías de sus empleados, entre ellas las mentales, puesto que quien cubre los gastos es el sistema normal. «En teoría, las empresas junto con las mutuales debieran ser mucho más efectivas en el desarrollo de programas de prevención, pero tienen esta válvula de salida, donde las licencias pasan como enfermedad de origen común».
Fuente: El Mercurio