Las fangosas aguas de las inundaciones que actualmente cubren paredes, casas, automóviles y muebles en Houston, Estados Unidos, representarán un enorme desafío de limpieza con potenciales consecuencias para la salud pública.
Aún se desconoce qué tipo o cuántas aguas residuales, sustancias químicas o gérmenes se mezclaron con las aguas. Por el momento, las autoridades de salud están más preocupadas por los ahogamientos, envenenamiento por monóxido de carbono por parte de los generadores, y la higiene en los refugios.
Muchas de las cerca de 3.000 personas que huyeron de las inundaciones por Harvey tuvieron que esperar en el agua mezclada con aguas residuales, aceite y gasolina. Algunos no pudieron tomar sus medicamentos o dispositivos médicos.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus iniciales en inglés) comenzará a tomar muestras de agua lo más pronto posible, indicó la portavoz Liz Bowman. Personal de la EPA también visitará plantas de tratamiento de agua potable y de aguas residuales para ofrecer ayuda, aseguró.
Las inundaciones pueden ser peligrosas para las personas con heridas abiertas, en especial si sufren de otros padecimientos. Después del huracán Katrina, murieron cinco personas por heridas infectadas y las autoridades creen que la exposición al agua contribuyó a su deceso.
Otro de los temas que más preocupación considera para los próximos meses y años, son los efectos del huracán Harvey en la Salud Mental, donde las personas sufrirán de estrés post traumático y diversos síntomas que, sin un apoyo integral, podrían llevar a patologías severas.
De esta manera, debe venir por parte de las autoridades locales una amplia planificación estratégica en relación a la Salud Mental y el apoyo completo, a través de especialistas y profesionales, a las miles de personas afectadas por este desastre natural.
Fuente: www.elnuevoherald.com